viernes, 28 de noviembre de 2008

¿Cómo nació el Aku-Aku?
Una calurosa tarde de verano, unos diablos se sacaron la ropa para dormir una siesta. En ese momento, pasó Takuihu, un joven que observó con gran estupor que los cuerpos no tenían carne, eran solo esqueleto.
Otro diablo que se encontraba cerca observó esta escena y comenzó gritarles a sus compañeros para que despertaran. Luego, les contó que Takuihu los había sorprendido sin ropa y los diablos por temor al ridículo en que caerían si el joven contaba a los isleños lo que había visto, resolvieron ir a buscarlo y matarlo.
Al encontrar al joven, le pidieron que guardara reserva sobre lo que había visto. Este, que era muy astuto, les hizo creer que no iba a decir nada, logrando que le creyeran. Sin embargo, los diablos, lo acompañaron hasta su casa y durante dos días vigilaron sus conversaciones por si hacía comentarios sobre sus escuálidos cuerpos, pero como él se había dado cuenta de estas maniobras, jamás habló con otros del tema. Como en ese lapso no escucharon nada, los diablos decidieron retirarse, seguros de que el secreto de sus cuerpos no iba a ser conocido por nadie.
Pero cuando Takuihu se vio libre de los diablos, tomó un trozo de toromiro y talló en él la horrible fi gura de estos personajes que se le había quedado grabada en su memoria. Este fue el medio con que comunicó a los isleños lo que había visto. Esta fi gurilla, que fue llamada Aku-Aku, representa a un diablo con forma de esqueleto. (Versión basada en la recopilación de Oreste Plath)

viernes, 21 de noviembre de 2008

mundo mitico




Los Argonautas



Jasón, acompañado de un grupo de unos cincuenta héroes griegos (Orfeo, Cástor, Pólux, Peleo, Hércules, Teseo, Laertes, Atalanta —única mujer de la expedición, famosa corredora y arquera—, Meleagro...) organizó la expedición. Le encargó a Argos, la construcción del navío que recibió el nombre de Argo en homenaje a su constructor. Y del nombre de la nave tomaron a su vez el de Argonautas (marineros de Argo) los héroes que en ella embarcaron. Reunidos pues los Argonautas, se hicieron a la mar en dirección a la Cólquida.
No mucho después llegaron a la isla de Lemnos, donde sólo habitaban mujeres. La reina, Hipsípila, que se enamoró de Jasón, le contó que las mujeres de la isla habían sido castigadas por la diosa Afrodita, al no rendirle culto, impregnándolas de un olor tan desagradable que los hombres las habían rechazado, uniéndose con mujeres de las islas vecinas. En venganza, las lemnias mataron a los hombres de la isla. Los Argonautas permanecieron con ellas un tiempo y luego se marcharon.
Después de pasar por algunos países, llegaron a Salmideso donde encontraron a Fineo, ciego y adivino, al que los Argonautas ayudaron a deshacerse de las Harpías, monstruos voladores con rostro de mujer, garras y alas, que, cumpliendo un castigo impuesto por los dioses, impedían que Fineo pudiera alimentarse.
Fineo, en agradecimiento, informó a los Argonautas sobre el camino a seguir hasta la Cólquida y además les dijo cómo podían superar el peligro que les esperaba al llegar a las Rocas Azules, dos enormes peñascos flotantes en continuo movimiento que chocaban entre sí aplastando a todos los que pretendían pasar entre ellas.
Superado este obstáculo, llegaron a la Cólquida. Jasón anunció a su rey, Eetes, su propósito. Éste le dijo que le dejaría llevarse el vellocino de oro si antes conseguía uncir a los dos toros que lo custodiaban, arar un campo con ellos, arrojar sobre los surcos unos dientes que había entregado Atenea al rey y luego vencer a una serpiente que nunca dormía y que permanecía al pie del árbol donde se hallaba el vellocino. Medea, la hija del rey Eetes, que era hechicera, se enamoró apasionadamente de Jasón y ayudó a éste a llevar a buen término su hazaña (previo compromiso de Jasón de llevarla consigo a Yolcos), poniendo en práctica su brujería.
Dio a Jasón una pócima mágica para que no le hicieran daño los toros monstruosos. Habiendo conseguido uncir a los toros, lanzó los dientes sobre los surcos hechos en la tierra. De ellos brotaron cientos de hombres armados que se lanzaron contra el héroe, pero éste, siguiendo las instrucciones de Medea, arrojó una piedra entre ellos y los ejércitos se enfrentaron entre sí. Luego, Medea provocó un terrible sueño a la serpiente, Jasón se apoderó de la preciada piel y huyó con sus hombres, con Medea y con el hermano de ésta, Apsirto, en su embarcación. Los hombres de Eetes persiguieron a la nave y Medea mató a su hermano, lo despedazó y lo arrojó al mar. El rey Eetes recogió los restos de su hijo y perdió de vista a los Argonautas.
Después de esto, los Argonautas emprendieron el regreso sorteando diversos peligros: tempestades, el asedio de las Sirenas, el ataque de los monstruos Escila y Caribdis. Finalmente llegaron a Yolcos. Allí Pelias recibió de Jasón el vellocino y luego murió, a manos de sus propias hijas, debido a una artimaña de Medea. Entonces Jasón y Medea huyeron a Corinto. Tuvieron dos hijos. Pero más tarde Jasón repudió a su mujer para casarse con Glauca, hija del rey de Corinto. Medea, para vengarse, acabó con la vida de Glauca y con la de los hijos que había tenido con Jasón.